El mezcal con alacrán es una opción atractiva para aquellos que buscan una experiencia más allá de lo tradicional. No solo se trata de una bebida con un perfil de sabor interesante sino que también trae consigo una carga simbólica y cultural.
El alacrán simboliza protección, fuerza y poder para la cultura mexicana, lo que lo convierte en una adición cargada de misticismo. Para muchas culturas indígenas, el alacrán es visto como un guardián espiritual, y su inclusión en el mezcal añade una dimensión simbólica que conecta la bebida con rituales ancestrales y creencias profundas.
El proceso de elaboración del mezcal con alacrán sigue las técnicas tradicionales del mezcal y es hasta despues de la destilación cuando suele incluirse a mano.
1. Selección del agave: El proceso comienza con la elección del agave, comúnmente Espadín, debido a su versatilidad. Este agave se deja madurar entre 7 y 10 años antes de ser cosechado.
2. Corte y cocción del agave:Una vez que las piñas del agave son cosechadas, se cortan en trozos grandes y se cocinan en un horno de tierra o de piedra.
3. Molienda: Después de la cocción, las piñas son trituradas utilizando una tahona, (gran piedra tirada por mulas o caballos). Este proceso libera los jugos dulces del agave, que son fundamentales para la fermentación.
4. Fermentación: El jugo de agave triturado se coloca en grandes tinas de madera donde comienza el proceso de fermentación. El ambiente natural y los microorganismos presentes en el aire juegan un papel crucial aquí. Durante este tiempo, los azúcares del agave se convierten en alcohol.
5.Destilación: Una vez que el mosto fermentado está listo, se destila en alambiques de cobre o de arcilla (según las prácticas locales).
Incorporación del alacrán en la botella
Reposo y embotellado del alacrán con mezcal
Control de calidad